Me senté un rato a escuchar, el ruido de la primavera.
Y no hubo más que un ladrido.
Voces de gente menor a 10 años, que corria por la calle en busca de un perro perdido.
(o alguna otra mascota, siempre voy por lo común)
Y el reflejo, fuerte de los rayos UV.
suena todo a una cita de Cortazar, pero la posta fué esa.
Los días en el preverano, son así.
Hasta las 5 de la tarde, pocos van a ser los sonidos que vas a poder decifrar.
o por lo menos, en parquefield.
No hay gente, no hay autos, no hay pájaros.
No hay, nada.
Y sí querés te sentás, y escuchas.
Y juro, que escuchas.
mencantó
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